Las tensiones geopolíticas y comerciales y las políticas de autosuficiencia de China, junto con los crecientes riesgos regulatorios nacionales y globales, están llevando a muchas multinacionales a separar ciertas funciones con sede en China, o incluso operaciones enteras, de las del resto del mundo. El informe Siloing and Diversification: One World, Two Systems, destaca cómo las empresas se sienten cada vez más obligadas a aislar sus operaciones en China con los costos resultantes para su salud financiera.
Más fácilmente reemplazables por sus competidores
"Muchas empresas localizan
ciertas funciones o incluso todas sus operaciones en China por razones
comerciales. Sin embargo, las que se ven obligadas a aislarse no siguen la
lógica comercial normal y a menudo se vuelven más fácilmente reemplazables por
sus competidores, al tiempo que renuncian a su capacidad de operar como
entidades verdaderamente globales" reconoce Jens Eskelund, presidente de
la Cámara Europea.
Algunas multinacionales miembros de la Cámara Europea han invertido
considerablemente en este proceso, de modo que ahora se parecen a las empresas
chinas en todo menos en el nombre: han localizado sus cadenas de suministro, su
fuerza laboral, sus funciones de ventas y adquisiciones, y han aislado sus
sistemas de investigación y desarrollo, datos y tecnología de la información,
en un intento de cumplir con los requisitos regulatorios en constante evolución
y ser vistos como un "socio confiable" tanto a los ojos de las
autoridades chinas como de sus socios y clientes locales.
Se trata de una disyuntiva considerable: la compartimentación da lugar a
un aumento de los costes generales y de los riesgos de cumplimiento normativo a
escala mundial, así como a la necesidad de duplicar las operaciones y la
producción, lo que en última instancia se traduce en ineficiencia, reducción de
la capacidad de innovación y pérdida de competitividad internacional. Y aunque
esto puede hacer que sus productos sean calificados como
"fabricados en China", no está garantizado.
Los riesgos para la economía china
El hecho de que a las empresas extranjeras no se les presente una
alternativa viable al aislamiento plantea varios riesgos para la economía china
y también para sus empresas. Aunque algunas empresas europeas están trasladando
sus cadenas de suministro a China para aumentar su resiliencia, un número
similar está trasladando sus cadenas de suministro a otros mercados por la
misma razón. La salida de inversión extranjera directa a otros mercados (que ya
se está produciendo) podría aumentar si las empresas sienten que los costes de
permanecer en el país son demasiado elevados, lo que llevaría a una pérdida significativa
de puestos de trabajo y de ingresos fiscales para China. Mientras tanto, es
plausible que otros mercados internacionales busquen cada vez más herramientas
que puedan proteger mejor a sus propias empresas frente a la competencia china
en su propio territorio.