Las prioridades energéticas
de la Comisión Europea son objeto de un foro organizado por la Escuela de
Regulación de Florencia, fundada por los mayores expertos en regulación energética de la UE. Miguel Arias Cañete tendrá una de sus últimas intervenciones como comisario de Clima y Energía- su
ponencia suena a su testamento energético- en un encuentro que analiza los
desafíos para ofrecer un sistema de electricidad rentable y competitivo,
alcanzar los objetivos de energías renovables y calibrar el papel del gas -natural,
biometano, verde y bajo en carbono- en el sistema energético de la UE a largo
plazo.
El gas bajo en carbono,
especialmente hidrógeno y biometano, tendrá que ser una parte importante del
sistema energético descarbonizado de la UE, pero actualmente hay una inversión ‘Valle
de la muerte’ del que será difícil salir en el futuro previsible. Es el
diagnóstico de tres reguladores europeos en el sector energético y fundadores
de la Escuela de Regulación de Florencia, entre los que se encuentra el español
Ignacio Pérez-Arriaga, que asume entre otros cargos el de formar parte del
Tribunal de Apelación de la Agencia para la Coordinación de los Reguladores
Europeos de Energía.
Los desafíos a los que se
enfrenta el sector energético europeo siguen siendo complejos. El comisario que
sustituya a Arias Cañete tendrá que encontrar el camino para fijar una Europa energética
competitiva y que, además, encuentre la
fórmula para crear empleo en un sector
en transformación continua. Uno de los retos cruciales a los que se enfrenta es
desarrollar la infraestructura para realizar la descarbonización, así como encontrar
formas de catalizar el desarrollo del enorme potencial eólico del Mar del Norte
y Báltico y los recursos fotovoltaicos del Sur.
La española Iberdrola,
según información adelantada por El País, ha llegado a un acuerdo con
Green Investment Group (GIG), del
grupo australiano Macquarie, para venderle el 40%
del parque East
Anglia One (EAO), ubicado en el mar del Norte. Cuando este
parque entre en operación, en el año 2020, el grupo español habrá ingresado más
de 1.600 millones de libras (más de 1.700 millones de euros), lo que implica
valorar el 100% de esta instalación renovable en cerca de 4.100 millones de
libras (4.361 millones de euros). Iberdrola, que mantendrá el control en EAO,
destinará los recursos obtenidos en esta operación a financiar nuevos proyectos
eólicos marinos en el Reino Unido.
Las autoridades de la UE
enfrentan otros desafíos difíciles. El creciente nivel de electricidad
renovable intermitente en su sistema hará que el almacenamiento de baterías e
hidrógeno sea esencial para mediados de 2020. Y, sobre todo, tendrá que
desarrollar la política energética a más largo plazo, ya que el Consejo y el
Parlamento establecen la Visión
climática a largo plazo de la UE para 2050.
La Comisión Europea deberá
establecer el marco regulatorio para el futuro, para que todas las fuentes y
vectores de energía puedan competir por igual uno con el otro. El principio parece
simple, implementarlo mucho menos. Las alternativas serán planteadas por los
expertos en el foro organizado por la Escuela de Regulación de Florencia.
El debate se presenta
caliente en un momento en que se cuestionan las ayudas estatales a los combustibles
fósiles a la luz de las nuevas sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión
Europea. A pesar de los numerosos compromisos internacionales para poner fin a
ellos, y algunos avances limitados en la reforma, todos los gobiernos de la UE
continúan proporcionando altos niveles de subsidios a los combustibles fósiles.
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