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jueves, 8 de abril de 2021

El gran veto financiero a los mayores perjudica su salud

Las personas mayores en Europa se enfrentan a una serie de barreras cuando intentan acceder a herramientas financieras básicas, señala Finance Watch en  "Una arruga en el proceso: Barreras de inclusión financiera en una Europa que envejece".

Escrito por la investigadora de Finance Watch, Emily Glantz, con el coautor Paul Fox, el estudio muestra cómo los límites de edad, la digitalización, así como la pobreza o los bajos ingresos forman las principales barreras que afectan el acceso de las personas mayores a un paquete básico de herramientas y servicios financieros. Ese paquete incluye efectivo, una cuenta de pagos, una cuenta de ahorros, un producto de pensión seguro del tercer pilar, seguro de automóvil, seguro de salud, seguro de hogar y seguro de responsabilidad personal.


Definidas como personas de 55 años o más, las personas mayores representan más de un tercio de la población europea, y este grupo de edad superará el 40% para 2050. Las personas en la categoría de 65 años o más representan una quinta parte de la población. la población de la UE. 

Los mayores de 55 a menudo carecen de habilidades digitales, poseen un dispositivo de teléfono inteligente o tienen acceso a Internet. En cuanto a los rasgos sociales y de salud, también es más probable que vivan de forma remota, con alguna discapacidad, enfermedad y movilidad reducida. En 2019, el 16,1 por ciento de las personas mayores de 60 años, o 19,1 millones de personas, se encontraron en riesgo de pobreza o exclusión social, frente a los 15,5 millones de 2011.

La confluencia de una Europa que envejece y un auge de la tecnología financiera digital 'New Normal' se produce a diferentes ritmos en los estados miembros de la UE, lo que genera una preocupación a largo plazo para la sociedad y los responsables políticos, que buscan el apoyo político de este activo bloque de votantes.

Los esfuerzos para eliminar las barreras enfrentan el rechazo de los críticos que dicen que la brecha digital es un problema temporal y que los esfuerzos para mantener el acceso físico evitan que Europa esté orientada hacia el futuro. Los cierres de sucursales continúan a medida que prolifera la banca de bajo costo a través de Internet y el móvil. Pero mantener los ladrillos junto con los clics, junto con abordar otras barreras, puede tener efectos en cadena, como una base más amplia de personas a las que se atiende, incluidos los vulnerables que dependen de marcos de efectivo y oficinas.

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